LNB · 05 de Julio de 2015

· Quimsa

Juego 2: El análisis de Carlos Altamirano

Hay un motivo específico por el cual Quimsa termina casi todos los partidos con un buen porcentaje en tiros de dos puntos: muchos de ellos son producto de su defensa, no de su ataque. Suena raro, es real. El equipo santiagueño está 2-0 en la final sobre Gimnasia Indalo.

Así como estremece ver a los santiagueños presionando el balón, de igual forma genera placer notar el compromiso de los que se ubican en el lado débil, y ni hablar de la fantástica ejecución de un hecho tan simple como clave: CORTAR LÍNEA DE PASE. Ese combo lo fortalece atrás, y lo complace adelante. Robo o rebote post tiro forzado, cancha abierta, Aguirre letal en su lectura y el resto corriendo las contras o transiciones a la perfección. Re-lo-ji-to.

El primer tiempo del segundo partido se asemejó a algo que el equipo de Santander supo hacer a lo largo de toda la temporada: frustrar a su rival. Cansa, Quimsa. Agobia, Quimsa. Enferma, Quimsa. Tiene caja de sexta marcha, y nunca roza el freno. Desde que la palabra INTENSIDAD se transformó en habitué en el baloncesto, ningún equipo, jamás, la expresó de mejor manera que los santiagueños. Su inagotable capacidad para resolver a alta velocidad lo hace distinto. No corre alocadamente; vuela consciente.

Quimsa tiene caja de sexta marcha, y nunca roza el freno. Su inagotable capacidad para resolver a alta velocidad lo hace distinto. No corre alocadamente; vuela consciente.

Gimnasia Indalo sufrió el mismo golpe en los dos partidos. Jamás pudo cambiar golpe por golpe. Ni cambiando formación, ni modificando plan defensivo. El equipo de García lleva 70 de los 80 minutos de las finales AFUERA DE LA CANCHA. Quimsa lo sacó. Categóricamente. Y por si poco faltara, el campeón del Norte se fortaleció con un buen porcentaje en triples (10 de 26). Penka, criminal desde el pick central. García, asesino con bloqueos indirectos. Entre los dos, 8 de 15. ¿Battle? Incluso mejor que en el primer partido. Por sus 20 puntos (alquiló a Clancy con su tiro a 4 metros). Por sus 15 rebotes. Por su todo, que siempre es más que todo. ¿Pérez? ¿Mainoldi? ¿Deck? ¿Vega? ¿Fernández Chávez? ¿Crawford? Entran, rinden. Salen, descansan. Vuelven a entrar, vuelven a rendir. Sacrificio. Entrega. Ritmo, ritmo. Confianza.

Hasta aquí, Gimnasia Indalo sólo pudo rendirle pleitesías a su rival. Comodoro Rivadavia espera por los juegos 3 y 4. O cambia el cuento, o La Liga pondrá en escena a uno de los campeones más lapidarios de todos los tiempos.

* El periodista Carlos Altamirano, en twitter @altamirano45, conduce el programa especial vía streaming de video desde la página www.lnb.com.ar media hora antes y apenas termina cada partido de la serie final de La Liga

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